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Aviso #5, de parte de nuestra Obispa en relación con el COVID-19, 24 de abril de 2020

Clero Metodista Unido y Laicos del Gran Noroeste,

“Gracias a la entrañable misericordia de nuestro Dios. Así nos visitará desde el cielo el sol naciente para dar luz a los que viven en tinieblas, en la más terrible oscuridad, para guiar nuestros pasos por la senda de la paz. Lucas 1:78-79

EXTENSION DE SUSPENSIÓN DE ADORACIÓN Y CIERRE DE EDIFICIOS
Como obispa del Área del Gran Noroeste de la Iglesia Metodista Unida, estoy extendiendo la suspensión del culto en persona en nuestras Iglesias y otros ministerios, y el cierre de las facilidades de la iglesia y servicios esenciales en las conferencias de Alaska, Oregón, Idaho y el Pacífico Noroeste hasta el 30 de mayo de 2020, o hasta cuando al menos el gobierno estatal y los funcionarios de salud levanten las restricciones basadas en sus criterios publicados para la reapertura. Esta fecha puede reconsiderarse a medida que cambian las circunstancias.

¿Cómo llegué a esta decisión y qué significa?

24 DE MARZO: Suspensión del culto en persona y cierre de edificios.

El 24 de marzo ordené que el culto en persona y otras reuniones se pospusieran en las Iglesias Metodistas Unidas y otros ministerios hasta el 30 de abril de 2020.

Al mismo tiempo, ordené que se cerraran todas las instalaciones de la Iglesia, excepto los servicios esenciales. Estas acciones se tomaron para proteger la salud de las personas vulnerables, para frenar la propagación de la enfermedad y para evitar que los sistemas de atención médica colapsaran debido al aumento repentino de casos que necesitarían camas y equipos de hospital.

¡Ayudaste a mantener a la gente SALUDABLE!

¡Lo hiciste! Hiciste ajustes y encontraste maneras de ser iglesia sin reunirte para adorar. Tus acciones y el cumplimiento por parte de la población general de las órdenes de los gobernadores parecen haber frenado la propagación, aplanado la curva de la crisis y evitado una crisis en nuestros sistemas de atención médica.

Doy gracias a Dios por las increíbles formas en que has contribuido a estos resultados. Al mismo tiempo, sufrimos por las personas que contrajeron COVID-19, algunas de las cuales fueron hospitalizadas e incluso murieron. Y seguimos manteniendo en nuestros corazones y oraciones a todos los que están en riesgo de contraer esta enfermedad por que prestan servicios esenciales, o tienen condiciones de salud comprometedoras, o quienes, debido a las desigualdades sistémicas en nuestra sociedad, viven con poca o ninguna red de seguridad social.

PASCUA DE RESURECCION: Celebraste la resurrección en la sombra de la muerte. ¡Aleluya!

Encontraste formas de superar todo tipo de obstáculos para celebrar la Pascua. Ustedes clérigos y líderes laicos han demostrado un espíritu aventurero, ya que aprendieron a cuidarse unos a otros, a rendir culto y apoyar a las personas vulnerables en sus vecindarios, mientras mantenían la distancia física y suspendían todas las reuniones. Cristo el Señor resucitó esta Pascua, con gritos de Hosanna!, con oraciones por fortaleza y sanidad, y con actos de generosidad. Muy bien hecho, amados y fieles servidores.

MAYO 1

Ahora nos estamos acercando al final de las instrucciones que les di el 24 de marzo y muchos de ustedes están ansiosos por saber si las restricciones se levantarán o se extenderán. Estoy monitoreando muy de cerca toda la orientación y dirección para así poder levantar las restricciones en cada uno de nuestros cuatro estados del Gran Noroeste, así como también revisando los informes diarios de nuevos casos, muertes y la capacidad del sistema de salud. Como saben, la enfermedad se ha desarrollado a diferentes velocidades en toda el área. Y los climas culturales y políticos en nuestra región son variados, lo que lleva a diferentes evaluaciones de los riesgos involucrados. Me encuentro liderando en medio de la continua incertidumbre y controversia sobre cual es el mejor curso de acción. Tres prioridades basadas en valores informan mi liderazgo como su obispa.

  1. No haga daño: Proteja la salud publica
  2. Haz el bien: Comparta la carga financiera con las personas más vulnerables y con los mas impactados económicamente.
  3. Manténgase en el amor de Dios: Promueva los ministerios que vivifican la Iglesia.

HAZ EL BIEN. Protege la salud pública

Siguiendo el liderazgo de cuatro gobernadores muy diferentes, nuestros cuatro estados están resistiendo la pandemia mejor de lo esperado.  Estoy predispuesta a confiar en los gobernadores de cada estado y escuchar a sus asesores de atención médica, que conocen su región, su gente y quieren brindarles una guía prudente al pueblo. Si bien los cuatro gobernadores han establecido sus criterios para levantar las restricciones gradualmente dentro de sus estados, en la actualidad ninguno de estos gobernadores ha tomado medidas específicas para levantar las restricciones que afectarían a nuestras Iglesias. Cuando lo hagan, las iglesias deberán ser muy cautelosas sobre la reapertura y reuniones en nuestras Iglesias, teniendo en cuenta que entre nuestros miembros y amigos hay muchos participantes que corren el riesgo de contraer enfermedades graves debido a COVID-19, debido a la edad o condiciones de salud comprometedoras.

HAZ EL BIEN. Comparta las cargas de las personas más vulnerables

Durante este tiempo que nuestros edificios han estado cerrados y hemos aplazado el culto en persona, espero que cada congregación se haya comprometido con sus vecinos, al asociarse con organizaciones comunitarias que están directamente involucradas con las personas que son más vulnerables a los impactos económicos de la pandemia. Este compromiso con su vecindario será muy importante para su congregación, su contexto y las asociaciones que puede formar durante este tiempo para usted poder servir a las personas más expuestas durante esta crisis. El otro día escuché de una iglesia en un pequeño pueblo que estableció una “cuenta” con el supermercado local para que las personas que necesitaban comida pudieran “comprar” lo que necesitaban y cobrarlo a una cuenta de la iglesia. En este acuerdo todos ganan, las personas obtienen comida, la iglesia sirve a las personas necesitadas, a quienes quizás ni siquiera conocen, y el negocio de la tienda de comestibles recibe apoyo. No existe una receta para este tipo de respuesta innovadora. Todo se basa en relaciones locales que pueden convertirse en redes de cuidado.

MANTÉNGASE EN AMOR DE DIOS. Promueva los ministerios que vivifican la Iglesia. 

Si bien sé que la efectividad del ministerio y la salud de la vida de la congregación se ven afectadas cuando las personas no pueden reunirse para adorar, esta dificultad no nos debe justificar a correr el riesgo de propagar la enfermedad a través de reuniones de la iglesia o exponer a personas mayores con problemas de salud y hasta la posibilidad de muerte al reabrir nuestras reuniones de la iglesia demasiado pronto. Confío y sé que los líderes y las personas en cada iglesia están encontrando formas creativas de continuar cumpliendo la promesa de Dios de vida abundante para todas las personas y toda la creación a pesar de estas circunstancias extremas. Cuando sea el momento adecuado, nos reuniremos nuevamente y reconstruiremos y renovaremos nuestros ministerios.

31 DE MAYO – PENTECOSTÉS

Al entrar en otro mes de algún nivel de separación física, esperamos que podamos reunirnos en nuestras iglesias el 31 de mayo en el día de Pentecostés. Pentecostés se considera el cumpleaños de la Iglesia, cuando personas de muchas naciones se reunieron en Jerusalén para escuchar a Pedro predicar. El libro de los Hechos describe cómo la gente entendió lo que el dijo, a pesar de que hablaban muchos idiomas diferentes. Espero que podamos reunirnos en adoración ese día, o tal vez antes. Mantengamos esto como una fecha en que todos esperamos, para orar y para trabajar. Y si no puede ser el 31 de mayo, si llega antes o después, entonces, nos ajustaremos, tal como lo hemos estado haciendo durante estas semanas. 

No necesito recordarte que Dios está con nosotros y en el trabajo que realizamos. No necesito recordarte que los milagros suceden todos los días, incluso en medio de la enfermedad y la muerte, a medida que las personas de corazones generosos vierten su vida en amor y servicio en donde es necesario.  Somos bendecidos al ser de bendición. Gracias a nuestro Dios, que abre el camino de la vida ante nosotros. 

Que Dios te bendiga y te guarde hoy y en los días venideros.

Obispa Elaine JW Stanovsky

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